Walden: libre y salvaje como su autor

Walden es una novela libre y salvaje, como su autor Thoreau.

De qué va Walden

Walden fue una revolución, no por cómo Thoreau trataba la historia, sino más bien por cómo la historia trata a Thoreau. Es decir, este libro no es una novela común en la que unos personajes desarrollan una trama. Este libro son las palabras fluyendo por los cuadernos de Thoreau, y la vida misma ocurriendo.

Walden nos cuenta los hechos que el mismo Thoreau se iba encontrando cuando decidió construir una cabaña en el campo para vivir ahí, desde las personas que le visitaban, los animales que se encontraba, hasta cómo se sentía.

Temas que trata Walden

Todo surge del instinto interno del autor por vivir su vida y no la vida que se supone que tendría que vivir. Como él mismo decía:

Pág. 26:

“Así de estricta y sinceramente nos sentimos forzados a vivir, reverenciando nuestra vida y negando toda posibilidad de cambio. No hay otro camino, decimos, cuando en verdad hay tantos como radios cabe trazar desde un centro. Todo cambio se nos antoja un milagro a la vista, y este prodigio se sucede ininterrumpidamente a cada instante. Confucio decía <<Saber que sabemos lo que sabemos y que ignoramos lo que no sabemos, éste es el verdadero conocimiento>>”

Por lo que leemos aquí, encontramos dos vidas: la tuya propia, y la que te obligan a vivir; dos instintos: el real y puro, versus el obligado y falso.

Dentro de la segunda vida, la que no es nuestra, identifica Thoreau características tales como el rechazo a los cambios, a los desconocido, al movimiento y por lo tanto al conocimiento.

Otro aspecto fundamental que llevó a Thoreau a tomar la decisión de marcharse de la ciudad para construir su pequeña cabañita salvaje en la naturaleza fueron una serie de reflexiones sobre los lujos y la comodidad, diciendo que estos en vez de ser algo positivo para nosotros son más bien algo negativo. En sus palabras se entiende mejor:

Pág. 28:

“La mayoría de los lujos y muchas de las llamadas comodidades de la vida no son sólo indispensables, sino obstáculo cierto para la elevación de la humanidad. […] La vida de los sabios ha sido siempre más sencilla y sobria que la de los pobres.”

Desde su cabañita, nos habla de la fuerza del momento, de lo que significa vivirlo plenamente, sentir lo que haces.

Pág. 30:

“En cualquier circunstancia, de noche o de día, siempre he tenido ansias de mejorar el momento y de hacerlo plenamente mío; de detenerme en la encrucijada de dos eternidades, el pasado y el futuro, que es precisamente el presente, y vivirlo al máximo.”

Y otra de las muchas cosas de las que reflexiona es sobre la sociedad y las opiniones de la misma; sobre lo que es aceptado y sobre lo que no….

Pág. 35:

“Pues el hombre acepta no lo que es verdaderamente respetable, sino lo respetado. Y así es como conocemos solo a unos pocos hombres y a una gran cantidad de chaquetas y calzones.”

Pág. 325:

“¿Cómo puede sentirse satisfecho un hombre tan sólo por sustentar una opinión y cómo puede hasta gozar de ello?”

En definitiva, Walden es la vida misma hecha reflexión, la pureza de sus palabras te traslada a una manera de vivir pura y con unos límites puestos por uno mismo y por nadie más.