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Carmen Laforet y la búsqueda de libertad

  • Foto del escritor: Gloria
    Gloria
  • 11 ago 2020
  • 3 Min. de lectura

«Si uno es escritor, escribe siempre, aunque no quiera hacerlo, aunque trate de escapar a esa dudosa gloria y a ese sufrimiento real que se merece por seguir una vocación.»

Introducción

Carmen Laforet se describía a sí misma como una nómada que había nacido para vagar de un sitio a otro. Sin embargo, las dos cosas más importantes de su vida: su escritura y su familia, le ataban a un estilo de vida en el que sentía su libertad oprimida.


Esta será la lucha que llevará la escritora consigo misma hasta el resto de sus días; el motor de su vida y de sus novelas.

La búsqueda de libertad será Carmen Laforet en estado puro.


Breve biografía

A los 22 años se producirá en la vida de Carmen lo que bien podría considerarse la más gratas de las bendiciones o bien de las maldiciones: el éxito abrumador de la novela “Nada”.


Gracias a ganar un premio Nadal se publica a una joven desconocida una novela de carácter existencialista que muy pronto se convertiría en Best Seller.


Son muchos los que dicen que si esta novela no hubiera sido escrita por una chica joven, guapa y extremadamente inteligente, la historia hubiera sido completamente diferente, pues la opinión pública no hubiera estado tan volcada en la vida privada de la escritora.

No obstante los acontecimientos sucedieron así y Carmen Laforet se convirtió en una figura de la que todos querían saber.


En contra posición a los escritores varones, de la vida de Carmen se interesaban más que por su escritura, por cómo satisfacía a su marido o cómo cuidaba a sus hijos, esto irritaba profundamente a la autora, quien pocas veces concedía entrevistas y muchas menos contaba la verdad en ellas.


Para Carmen esta fama suponía la mutilación de una buena parte de su libertad y con ella vino la primera crisis creativa que sufríó:

Escribir con la presión social a la espalda estaba empezando a significar alejarse de ella misma.


Con 45 años, tras tener sus cinco hijos y haber publicado ya tres novelas, Carmen Laforet decide marcharse a Europa a viajar. A ella le encantaba ser extranjera porque eso suponía ser libre, poder actuar como quisiera.


“Agradezco al destino esta profunda e indiscriptible sensación de vida intensa que me produce preparar mi maleta. En el fondo de mi conciencia sé que no es verdad esta idea que llevo metida en la sangre de que soy una vagabunda, de que mi casa está en los trenes y en los barcos, de que no quiero pararme nunca y vagar de un sitio a otro.”

Así transcurre la vida de Carmen Laforet, en un va y ven con la sensación de ser más o menos libre. Acercándose y alejándose más o menos de la sociedad según lo sentía.


Conclusión

Para aquel entonces Carmen fue una persona silenciosa pero pulcramente transgresora.

A esta planta de interior le gusta pensar que a Carmen Laforet le hubiera encajado a la perfección vivir en esta época. Ser una millenial bohemia y exploradora que viaja de un sitio a otro con una libreta para escribir sus pensamientos.

No obstante, creo, desde la elucubración, que Carmen Laforet sí llegó a ser quien quiso ser y que esa incesante búsqueda de libertad la hizo ser ella misma a pesar de los estrictos patrones sociales de la época.


Final

Al final de sus días, Carmen Laforet sufrió un bloqueo creativo que la llevó a alejarse de todo lo que suponía escribir. Ella misma lo llamaba “Grafofobia”. En ese silencio quizás hallara finalmente su ansiada libertad.


 
 
 

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