El camino hacia uno mismo de Demian
- Gloria
- 22 ene 2020
- 5 Min. de lectura

Demian de Hermann Hesse habla de la vida, desde la perspectiva de un niño que piensa mucho y muy fuerte: Emil Sinclaire.
Pág. 12: “Si no fuéramos algo más que seres únicos, sería fácil hacernos desaparecer del mundo con una bala o un fusil y entonces no tendría sentido contar historias”
Nos va relatando hechos de su infancia que le llevaron a encontrarse a sí mismo, porque según él, la vida es el camino hacia uno mismo.
Pág. 58: “Se podrían contar cosas hermosas, delicadas y amables de mi infancia [...], pero sólo me interesan los pasos que di en la vida para llegar a mí mismo”
Sólo uno entiende su propia vida
Pág.13: “Podemos entendernos los unos a los otros, pero interpretar es algo que sólo puede hacer cada uno consigo mismo”
La vida le va poniendo pruebas a nuestro protagonista
Pág. 58: “Siempre fueron turbulentas y pusieron en peligro la paz en que yo hubiera querido vivir constantemente”
Emil se plantea constantemente las diferencias del mundo bueno y el malo.
Desde la cálida infancia de nuestro protagonista, este ya diferenciaba la existencia de dos mundos; de dos polos opuestos: lo bueno y lo malo; el día y la noche; Caín y Abel.
En su intento de hacer las cosas bien y ser fiel a este primer mundo, se encuentra con la figura de Demian, quien le hace, por primera vez, replantearse que puede haber algo más a parte de esos mundos.
Pág. 68: “Siempre hay que preguntar, que dudar”
Pág. 71: “Seguía sintiendo el mayor respeto por lo religioso, pero Demian me había acostumbrado a considerar e interpretar los relatos y dogmas religiosos con más libertad y personalidad.”
Entonces su mundo infantil se empieza a desmoronar y llega a él la dureza de la soledad, por la cual tiene que pasar para hacerse un hombre.
Mundo infantil:
Pág. 28: “Fue el primer resquebrajamiento de la divinidad del padre, el primer golpe a los pilares sobre los que había descansado mi niñez y que todo hombre tiene que destruir para poder ser él mismo”
Pág. 29: “Me veía sujeto por nuevas y absorbentes raíces al mundo extraño y tenebroso. Descubrí el gusto de la muerte; y la muerte sabe amarga porque es nacimiento, porque es miedo e incertidumbre ante una aterradora renovación.”
Pág. 60: “Nuestro mundo infantil se resquebraja y se derrumba lentamente cuando todo lo que amamos nos abandona y, de pronto, sentimos la soledad y la frialdad mortal del universo.”
Soledad:
Pág. 140: “Cada hombre tiene que dar una vez el paso que le aleja de su padre, de su maestro; cada cual tiene que probar la dureza de la soledad.
Pág. 146: “Había probado mucha soledad. Pero ahora presentí que había una soledad más profunda, y que ésta era inevitable.”
La importancia del camino hacia uno mismo también es relevante en el libro.
La vida continua para nuestro protagonista, siempre con pruebas que superar para llegar a su misión, que es el camino hacia sí mismo.
Pág. 77: “Sólo le alejan a uno de sí mismo. Y alejarse de uno mismo es pecado. Hay que saber recogerse en sí mismo por completo, como las tortugas”
Pág. 145: “En estos momentos tuve una certeza fulminante: cada uno tenía una misión pero ésta no podía ser elegida, definida, administrada a voluntad. [...] No existía ningún deber, ninguno, para un hombre consciente, excepto el de buscarse así mismo, afirmarse en su interior, tantear un camino hacia delante sin preocuparse de la meta a que pudiera conducir.”
“La misión verdadera de cada uno era llegar así mismo”
Pág. 146: “Todo lo demás eran medianías, un intento de evasión, de buscar refugio en el ideal de la masa; era amoldarse; era miedo ante la propia individualidad”
“Yo era un proyecto de la naturaleza, un proyecto hacia lo desconocido, quizá hacia lo nuevo, quizá hacia la nada; y mi misión, mi única misión, era dejar realizarse este proyecto que brotaba de las profundidades, sentir en mí su voluntad e identificarme con él por completo.
Mediante estas pruebas, además también reflexiona sobre otros elementos.
Elementos como la amistad, los locos o la naturaleza.
Amistad:
Pág. 164: “Con ellos no teníamos espiritualmente nada en común excepto el respeto que cada uno tributaba al sueño vital de su semejante”
Los locos:
Pág. 123: Los locos tienen unas intuiciones más profundas que la gente de la acera, pero no tienen la clave ni el timón y se despeñan en el abismo.
Relación con la naturaleza:
Pág. 119, 120 y 121: “La contemplación del fuego me había reconfortado, había consolidado y ratificado inclinaciones que siempre había sentido, pero que nunca había cultivado. [...] La entrega a las formas irracionales, barrocas y extravagantes de la naturaleza produce en nosotros un sentimiento de concordancia entre nuestro interior y la voluntad que las ha producido. [...] En ningún otro momento descubrimos con tanta facilidad la medida en que somos creadores, en que nuestra alma participa constantemente en la recreación de la vida.
Además de darse cuenta que de lo que se trata la vida, en medio de ese camino del que hablábamos, es de ser conscientes.
Pg 122: "–Para qué nos esforzamos si ya llevamos todo acabado en nosotros mismos?
–¡Atlo! –exclamó violentamente Pistorius–. Hay una gran diferencia entre llevar el mundo en sí mismo y saberlo. Un loco puede tener ideas que recuerden a Platón, y un pequeño colegial del instituto puede recrear las profundas conexiones mitológicas...Mientras no lo sepa es como un árbol o una piedra. En el momento en que tenga la primera chispa de conciencia, se convertirá en un hombre."
Termina el libro con maravillosas reflexiones sobre las despedidas y el amor.
Siendo los dos inevitables y finitos.
Despedidas:
Pág. 143: “Y de pronto comprendí que lo que Pistorius había sido para mí no podía serlo para él mismo, y que tampoco podía darse a sí mismo lo que él me había dado. Me había enseñado un camino que le sobrepasaba y dejaba atrás, también a él, al guía.
Pág. 175: “Que me hacen intuir que se acerca la destrucción de un mundo viejo”
Pág. 176: “–¿Qué hacéis ahí? ¿No iréis a estar tristes?
–No, lo que tenga que venir, vendrá de pronto; y entonces sabremos lo que necesitamos saber”
Pág. 177: “Pero poco a poco me fue invadiendo la tristeza ante tanta felicidad, pues comprendía que no podía ser duradera”
Amor:
Pág. 169: “–El amor no debe pedir –dijo–, ni tampoco exigir. Ha de tener la fuerza de encontrar en sí mismo la certeza. En ese momento ya no se siente atraído, sino que atrae él mismo.”
Pág. 170: “Había amado y, a través del amor, se había encontrado a sí mismo. La mayoría ama para perderse.”
“Que no era su persona por la que se sentía atraída mi alma, sino que era ella un símbolo de mi propio interior que me conducía más y más hacia mí mismo.”
“A veces, leyendo un libro, descubría una nueva idea; era como un beso de Frau Eva. Me acariciaba el pelo y me dedicaba una sonrisa cálida y perfumada.”
Otras frases complementarias del libro son:
Sobre el Destino:
Pág. 69: “Me lo dictaba mi deseo de acercarme a ti peor no lo sabía conscientemente. Al mismo tiempo, tu voluntad también actuaba tirando de mí, ayudándome.”
Descripciones de Demian:
Pág. 61: “Y lo veo extraño, solitario y silencioso, caminando entre ellos como un astro, rodeado de su atmósfera propia, viviendo según sus propias leyes.”
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